Tuesday, November 9, 2010

Tú encenderás mi lámpara

Encendí mi lámpara un día con mi experiencia, y luego de un tiempo la apagó la luz de la experiencia de los otros. Encendí mi lámpara un día con la seguridad de mi carácter, y un contratiempo llenó de tristeza mi vida y la apagó. Encendí mi lámpara un día con mi buena situación económica, y una caída en picada en los valores la apagó sin darme cuenta. Encendí mi lámpara un día con la seguridad de una situación familiar estable, y un día la muerte la apagó con la marcha de un ser muy querido. Encendí mi lámpara un día con mis posesiones materiales, y un incendio arrasó todo y no ha quedado nada. Encendí mi lámpara un día con mis amistades, pero se apagó porque un día me traicionaron.
Traté de encender la lámpara de mi vida con _pasarlo bien_, pero enseguida la apagó la luz del hastío. Traté de encender la lámpara de mi vida con seguir una buena religión, pero la apagó el encontrarme siempre con tumbas con cuerpos dentro. Traté de encender la lámpara de mi vida viendo la naturaleza, pero un incendio veraniego también la apagó.
Igual que Pedro me he preguntado ¿a quién iré?. Solamente Jesús puede encender la luz de mi vida con su presencia y es indudable que nada ni nadie la podrá apagar, ni siquiera la muerte, pues mayor es el poder de quien la encendió. Por cierto, ¿ha encendido Cristo la lámpara de tu vida o vives a oscuras?
Jonathan Bernad

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